El Mercurio 29 de mayo
No cabe ninguna duda que cuando les pregunto si la inteligencia artificial (IA) es importante para el futuro de sus organizaciones, estén todos de acuerdo en decir que sí. Ahora si les pregunto si han dedicado un porcentaje del presupuesto a explorar, desarrollar y/o invertir en IA o si está dentro de los planes de su organización invertir en esto en el corto o mediano plazo, ¿cuántos responderán que sí?
Les hago estas preguntas porque me llamó mucho la atención un estudio que leí de McKinsey en cuanto a la alineación de la estrategia a mediano y largo plazo con el presupuesto, y la mirada puesta en los proyectos que generarán mejores resultados para la organización. Esta consultora encuestó a más de 600 ejecutivos a nivel mundial y sólo el 50% contestó que había una alienación entre ambos. Y también la mitad respondió que el presupuesto se alineaba con las prioridades de la organización. ¿Qué podemos concluir de estas cifras?
Al proyectar la estrategia de la compañía hay otras variables que no están 100% relacionadas con la mirada a mediano y largo plazo que toman preponderancia en la mente de los tomadores de decisiones. En la medida que haya una mirada crítica al proceso de toma de decisiones y haya una correcta alineación de la estrategia con la alocación de recursos hay una mayor probabilidad de superar por ingresos y retorno de capital que quienes no lo hacen.
La principal recomendación (y puede sonar repetitivo porque cada columna que escribo en los más variados temas de negocios se llega a esta variable como la más importante) es el liderazgo de la organización. Quienes desarrollan la planificación estratégica y financiera, deben tener una real ascendencia dentro de la organización. Si ese no es el caso, pasa a ser sólo un dato dentro de la toma de decisiones.
Otras recomendaciones más tácticas es que sean planes directos, simples que no lleven una gran cantidad de tiempo en elaborarse. El tiempo en el desarrollo tanto del plan a largo plazo como la planificación anual pasa a ser un indicador de lo engorroso que puede ser. Si la organización es capaz de realizar un presupuesto anual en menos de dos meses, se puede inferir que existe una alineación entre las áreas que ven el resultado final como el de toda la empresa. Significa que son capaces de desviar los recursos a aquellos planes que serán los ganadores a futuro.
Como verán no son recomendaciones tan novedosas ni tan sofisticadas, pero sí realmente importantes y nada fáciles en la práctica. Dejar de hacer proyectos y re-enfocar recursos a áreas que no sean las tradicionales (más grandes o generadoras de caja en la actualidad, pero no en el futuro), puede que no sea nada popular ni fácil. Para eso se requiere líderes que puedan entregar una visión de largo plazo de un todo y no de cada una de las partes, y aunar a la organización como un todo detrás de esa visión.
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