Gonzalo Muñoz Abogabir (Cofundador Manuia y AmbitionLoop)
El Mercurio 16/10/2024
“El resultado financiero en las empresas es como el oxígeno para las personas. Si no lo tenemos, no se puede permanecer en el tiempo. Pero ninguna persona podría decir que vino al mundo sólo a respirar”.
Hace algunos años le escuché esta frase maravillosa a uno de los fundadores de la empresa de cosméticos Natura. La propuesta es que todos, personas y empresas, debemos tener un propósito que nos mueva. Y hoy en día esa lógica está cada vez más presente en quienes conforman la fuerza laboral en las compañías. Ya sea el tema de género, el ciclismo urbano, las mascotas, el yoga, algún tipo de comida o la escalada vertical. La mayoría de las personas (en especial los más jóvenes) tienen un tema que los mueve y que esperan sea respetado en el entorno laboral.
J.P. Morgan publicó en agosto del año pasado su cuarta nota de investigación, «Human Capital Factor: ¿Qué impulsa a los empleados, ¿los factores intrínsecos o extrínsecos?», mediante el cual valida que en el largo plazo, las empresas que abordan los aspectos motivacionales sin dejar de lado los factores higiénicos, logran un 4,0% de rentabilidad anual por encima del desempeño de empresas similares. Si bien esta teoría se viene trabajando desde 1950, actualmente las empresas se han llenado de activistas activos e incluso muchas veces vociferantes (posiblemente las personas han estado históricamente más inhibidas), lo cual ofrece una oportunidad muy especial para las empresas que sepan abrazar esta lógica. El mundo está repleto de desafíos y cambios acelerados, muchos de los cuales incomodan al status quo.
Pero ¿se puede avanzar sin cuestionar el status quo? ¿No es acaso la innovación una enorme fuente de desarrollo y de logros empresariales? En un entorno cambiante como el que estamos viviendo, un grupo de la población quiere sentir que su tiempo laboral no limita sus motivaciones más personales, sino que incluso las acoge para que sirvan como fuente de innovación en la empresa. En pocas palabras, los empleados responden a algo más que el salario mensual, las recompensas y los bonos para estar altamente motivados y ser productivos en el lugar de trabajo. Si la empresa es capaz de captar y medir los criterios de motivación intrínsecos y extrínsecos, no sólo estará ayudando a los empleados, sino que también podría dar lugar a mejores rendimientos en sus cotizaciones bursátiles. Hoy existen fondos de inversión que buscan las empresas donde el activismo personal se refleja en un factor de capital humano superior y por lo tanto en mejores resultados financieros. Parece lógico, ¿cierto?
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